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Número 255: marzo-abril 2023

Experimentación
Almendro autorradicado: nuevos modelos productivos en secano

Autores: Carlos Marzo Cidoncha. INTIA Ignasi Iglesias Castellarnau. Agromillora

La fruticultura está cambiando en cuanto a nuevos modelos productivos se refiere, respondiendo a un proceso de adaptación constante a las exigencias de sostenibilidad medio ambiental y a la reducción de los costes de producción para mantener las rentas de quienes producen. Todo ello en un escenario de inflación de los costes de producción muy superior al incremento de los precios percibidos por las personas productoras. La respuesta del sector productor de leñosos a ambos requerimientos ha sido la intensificación de las plantaciones, por dos motivos: el primero, la necesidad de una entrada en producción más rápida, el segundo, una mejora de la eficiencia de los insumos al reducir el volumen de la copa de los árboles en plantaciones intensivas. Estos dos aspectos han compensado en todas las especies el mayor coste de plantación que supone la intensificación. Es por ello que la FAO lo define como "intensificación sostenible" y es la respuesta del sector productor para un uso más eficiente de inputs, o lo que es lo mismo producir más con menos recursos (Iglesias, 2021; Massot, 2020; Willet, 2019). Ejemplos de ello son las nuevas plantaciones de manzano, melocotonero, peral, cerezo y frutos secos, en este último caso con el desarrollo del almendro en seto. Un ejemplo de ello, y objeto del presente artículo, es el almendro "autorradicado" o "auto-enraizado" para secanos frescos (aquellos con precipitaciones anuales entre los 400 y 700 mm). En Navarra, concretamente en la zona media, se dan unas condiciones muy propicias para el desarrollo del cultivo del almendro con esta nueva opción productiva: en áreas donde se cultiva fundamentalmente cereal, olivo, viña y almendro, con una superficie total de secano de 140.000 hectáreas (según los últimos datos de Coyuntura Agraria de Navarra), en las que los cereales son el principal motor productivo y el resto de cultivos citados queda reducido a 350 hectáreas de media cultivadas.

Los almendros autoenraizados son plantas que no están injertadas, su sistema radicular procede de un callo generado tras el corte de un pequeño segmento de tallo con una yema axilar y su posterior propagación in vitro o "micropropagación" para el desarrollo de la parte aérea. Posteriormente, en el proceso de aclimatación ex vitro, se desarrollarán las raíces de la futura planta y crecerá hasta estar lista para ser plantada. Para algunos cultivos, como el olivo, el peral o el avellano, supone una auténtica revolución gracias a que el propio sistema radicular aporta en muchos casos una mejor adaptación y mejora el potencial productivo. A ello hay que añadir la reducción del coste de producción de la planta, debido a que no se realiza injerto y, por tanto, no requiere portainjerto. Adicionalmente, por tratarse de una propagación clonal todas las plantas son genéticamente idénticas al ser "clones" de la planta madre original.

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